martes, 10 de agosto de 2010

Yo me entiendo.

¿Y ahora de qué coño escribo yo? Se preguntaba el rey de las letras encadenadas a cubos de hielo mientras las baña tito Jack. No queda bien la estética del sufrimiento con esta sonrisa idiota. Se había convertido en el payaso triste pero justo al revés. Eso no se podía hacer ¿o sí? Mal, muy mal... ¿Es que no has aprendido nada? (lo mejor es que además de que todo sea encantador, puedes aprender). Es todo cuestión de enfoque así que cambió el enfoque de la cámara de automático a manual. Bastaba ya de vomitar entrañas al azar, no sabía si existía la inspiración pero desde luego que te tiene que pillar trabajando y si la musa escribe mejor que el escritor delante tienes un reto... ya sabes que nadie te puede decir ¿no hay pelotas? sin que tú inmediatamente saltes al ring. Pero como a los nuevos enfoques es difícil acostumbrarse dejemos que hablen un par de canciones aunque sea trampa:

Te echaré de menos hoy pero ahora tengo un oído más que conquistar y aunque no hay rima que lo merezca el futuro es lo de menos y cuando menos lo esperaba de pronto un día a mi puerta llamó la alegría y resulta que tenía tu carita, que estabas tan rica que devoré tu piel, tu carne y tus espinas. Porque cuando yo soy el hombre lobo tu eres la mujer pantera, sale la luna, yo me recojo y esta noche follaremos como fieras. Abre esa botella y brindemos por ella y hagamos el amor en el balcón que yo mañana vendré con un cigarro a la cama. Me gusta contar las palabras y hacerlas bailar para ti.

viernes, 6 de agosto de 2010

Palabras encadenadas.

Odio esas cadenas de mensajes facebookianas, esas en las que se alienta a seguir haciendo copy/pastes de un mensaje que algún idiota redactó. Enhorabuena, ahora sois unos Poncio Pilatos lavándoos las manos en el mar de internet. Ahora que ya has dejado claro en tu pequeña isla de gritos al infinito que estás en contra del cáncer y a favor de la gente que lucha contra él puedes dormir un poco mejor. Enhorabuena, toma una piruleta y dulces sueños. Supongo que este mensaje hizo saltar mis dedos sobre el teclado porque mi tía la palmó de uno y mi hermana superó otro. Mierda, ¿Qué es eso de que el 92% no lo copiará y el otro 8 es el que merece la misericordia de Dios porque lo ha copiado? Pegaos un tiro y así no moriréis de cáncer. No soy un ciudadano decente, como dios manda, me habéis pillado. No, no me habéis pillado, os lo he dicho/escrito yo. No doy limosnas, no pertenezco a ninguna ONG, no dudo en tirar las colillas al suelo o escupir en la acera. No soy un modelo a seguir pero la mayoría de vosotros tampoco. Yo también uso placebos para intentar conciliar el sueño pero... mierda, ¿cómo podéis ser así? Si alguna vez hiciera o hiciese alguna cosa así conciliaría peor el sueño, no podría ni mirarme al espejo. Una vez vi otro que decía lo mucho que quería a su madre con un copy/paste y su madre orgullosa le respondía... Me escama, adoro a mi madre y tanto ella como todo el que me conoce lo sabe pero eso de colgarlo en internet para que todo el mundo pueda verlo... no sé, me escama, me recuerda a cuando tienes trece años y recoges los platos de la mesa porque quieres pedirle a tu madre algo de dinero. Yo ya tengo algo más de pelo en los huevos y algo de barba y no me gusta un pelo toda esa mierda. Cuando le quiero decir algo así pues voy y se lo digo o le mando un mensaje a ELLA, un mensaje escrito por mí y no por un soplapollas que quiere que todos lo imiten mientras se masturba en su cuarto pensando lo genial que es... más bien mediocre diría yo.

martes, 3 de agosto de 2010

Desconexión, rinocerontes, escopetas y Elvis.

Desconexión, rinocerontes en un ascensor. Los buenos momentos son clavos ardiendo y la desconexión es algo que no consigo por mucho que me esfuerzo. Pelícanos comiendo carroña. Un ciervo con una escopeta. ¿Alguien ha visto a Elvis? Mi primo dijo que tenía un amigo que una vez se cruzó con un tipo cuya cuñada se acostó con un bigfoot amigo de un hijo no nato de Elvis. El caso es decir y maldecir si no hay un buen plato de humillación que llevarse a la boca del metro. Lagunas mentales plagadas de monstruos del lago Ness dispuestos a ser vampiros en las fotos. La felicidad no es más que un botón perdido en el bolsillo de la destrucción mundial. La, la, la. Una vez más les vuelvo a presentar a mi otro tú. El caso es que el botón lo dejas ahí pensando que no se te puede olvidar que está en ese bolsillo y con tu hatillo te lanzas en cañón. Otro whisky, por favor o incluso sin él. Otra vez con los tributos a viejos insultos para la moral judeocristiana. La lana puede ser solo un material o dinero según la parcela que te haya tocado regar. Un par más y ya me quedo solo o no, pero escribiendo o aletargándose a cada movimiento del carpiano y el metacarpiano sin mucha metafísica de por medio.