martes, 3 de agosto de 2010

Desconexión, rinocerontes, escopetas y Elvis.

Desconexión, rinocerontes en un ascensor. Los buenos momentos son clavos ardiendo y la desconexión es algo que no consigo por mucho que me esfuerzo. Pelícanos comiendo carroña. Un ciervo con una escopeta. ¿Alguien ha visto a Elvis? Mi primo dijo que tenía un amigo que una vez se cruzó con un tipo cuya cuñada se acostó con un bigfoot amigo de un hijo no nato de Elvis. El caso es decir y maldecir si no hay un buen plato de humillación que llevarse a la boca del metro. Lagunas mentales plagadas de monstruos del lago Ness dispuestos a ser vampiros en las fotos. La felicidad no es más que un botón perdido en el bolsillo de la destrucción mundial. La, la, la. Una vez más les vuelvo a presentar a mi otro tú. El caso es que el botón lo dejas ahí pensando que no se te puede olvidar que está en ese bolsillo y con tu hatillo te lanzas en cañón. Otro whisky, por favor o incluso sin él. Otra vez con los tributos a viejos insultos para la moral judeocristiana. La lana puede ser solo un material o dinero según la parcela que te haya tocado regar. Un par más y ya me quedo solo o no, pero escribiendo o aletargándose a cada movimiento del carpiano y el metacarpiano sin mucha metafísica de por medio.

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