martes, 10 de agosto de 2010

Yo me entiendo.

¿Y ahora de qué coño escribo yo? Se preguntaba el rey de las letras encadenadas a cubos de hielo mientras las baña tito Jack. No queda bien la estética del sufrimiento con esta sonrisa idiota. Se había convertido en el payaso triste pero justo al revés. Eso no se podía hacer ¿o sí? Mal, muy mal... ¿Es que no has aprendido nada? (lo mejor es que además de que todo sea encantador, puedes aprender). Es todo cuestión de enfoque así que cambió el enfoque de la cámara de automático a manual. Bastaba ya de vomitar entrañas al azar, no sabía si existía la inspiración pero desde luego que te tiene que pillar trabajando y si la musa escribe mejor que el escritor delante tienes un reto... ya sabes que nadie te puede decir ¿no hay pelotas? sin que tú inmediatamente saltes al ring. Pero como a los nuevos enfoques es difícil acostumbrarse dejemos que hablen un par de canciones aunque sea trampa:

Te echaré de menos hoy pero ahora tengo un oído más que conquistar y aunque no hay rima que lo merezca el futuro es lo de menos y cuando menos lo esperaba de pronto un día a mi puerta llamó la alegría y resulta que tenía tu carita, que estabas tan rica que devoré tu piel, tu carne y tus espinas. Porque cuando yo soy el hombre lobo tu eres la mujer pantera, sale la luna, yo me recojo y esta noche follaremos como fieras. Abre esa botella y brindemos por ella y hagamos el amor en el balcón que yo mañana vendré con un cigarro a la cama. Me gusta contar las palabras y hacerlas bailar para ti.

2 comentarios:

  1. Querido lame-enchufes,

    con textos como este voy a acabar chupándote la prosa.

    Atentamente,

    La Musa.

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