Es hora de hablar. ¿Quieres un par de
verdades? La primera es mi enfado y la segunda mi maldad. Poca pero
eficiente. El deprimente mundo en el que me encuentro es en parte
culpa tuya pero en otra de mis andares dispares por terrenos
inhóspitos que me hacen llorar, beber, hablar de más y vomitar.
¿Quieres la verdad? La verdad es que por muy cívico que sea tú fuiste la que me echaste de tu vida y no sé si te lo podré
perdonar. La verdad es que sigo queriendo bailar un vals contigo
aunque sea el FINAL VALS (en ingles que mola más). No soy tonto y tal
vez la amiga que dos días después del día fatal me dijo que era tan
sencillo como que me habías dejado de amar tuviera razón pero no
voy a pedir perdón por ser tal vez demasiado calzonazos como dirían
algunos o lo que muchas decís que queréis aunque no sea verdad. La verdad es que, rabieta aparte, empieza a darme igual e igual que
antes de conocerte, solo me quedarán mis teclas y un buen vino aunque esta
vez subo con un perro moribundo. La verdad es que últimamente todas
mis letanías tienen que ver contigo pero también sé que solo es
cuestión de tiempo que solo tenga que tachar el nombre, escribir
otro nuevo y volver a empezar. La única verdad sigue siendo la
verdad.
martes, 5 de noviembre de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario