No sé por qué me acabo de acordar del
cine de verano de mi pueblo. Tal vez sea que voy a llegar a la
treintena, tal vez que he reconocido durante mi noche de melopea que
por aquel entonces no tenía amigos, tal vez simplemente mi mente me
estaba preguntando si ese recuerdo era necesario. Pura nostalgia
hecha de jirones de sueños rotos. Qué poético, dijo el cazador.
Whisky con hielo, repitió. No entendía nada. Ni mis ganas de llorar
ni mis ganas de reír. Tampoco las de mentir. ¿Qué puedo hacer si
ya no hay trama posible? Tal vez se me suicidaron unas neuronas de
más. Tal vez lo mejor sea quitarme de en medio antes de pudrirme
más. Miedo a la muerte. Eso me hace estornudar todas las noches
justo cuando la pistola apunta a mi sien y mis dedos se comienzan a
tensar. Tal vez debería parar. Tal vez debería desertar. Tal vez
mis dudas no cuentan nada ya. Tal vez debería afirmar con más
rotundidad.
sábado, 30 de noviembre de 2013
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