De vacaciones.
Cuando te dan un buen
consejo, nena, hay que cogerlo al vuelo por muy cabezón que seas.
Así, he permanecido dos días enteros despegado del blog de notas,
facebook, instagram o paloma de humo, en fin, cualquier medio de
comunicación que medianamente se pareciera a escribir. ¿De vuelta a
la ciudad? Los francotiradores acechan en cada esquina y como sé que
están condenados a apuntar bien alto, bien alta llevo la cabeza, a
ver si tengo algo de suerte y me agacho a recoger una moneda en el
momento adecuado. Menos mal que aún me quedan un par de refugios,
esta casa de locos y mi nuevo bar (lo siento pero aquí el bar es mío
y no tuyo) ¡Oh! ¡Mira! ¡Una moneda! Ufff... Ésa ha pasado cerca.
En mi portal, la llave no funciona y
cuando estoy a punto de partir la puerta a patadas se abre como si
nada y con la llave ya en el bolsillo. Por ahora me valdrá.
Venga, dale caña a la guitarra, Jose,
que las melodías me ayudan a acompasar mis pensamientos. Vamos
Serch, hazte otro que el ritmo debe ser más lento. Oriol ¿Me vendes
un poco de arcilla? Es para hacer alguien a mi imagen y semejanza.
Alma, dame un poco de calma que comparado con tu estrés, lo mío es
muy zen. No pienso pedir perdón es como si por llamarte Eva te flagelaras por el pecado original. Como mucho me disculparé si
quiero hacer ver que no tengo maldad. Si eres capaz de leer entre
líneas, entre las líneas verás que la cosa no va tan mal y que por
mucho que me queje siempre tengo dónde volver y como
responsabilidades solo tengo un perro maltrecho y mi fe.
Al menos he recupero el ritmo.