lunes, 25 de agosto de 2014

Dosis de brisa.

¿Qué puedo decir si a veces Jack me nubla la vista? También me templa el pulso. Supongo que habrá que ir surfeando y si no llega la dosis, mi pulso temblará, y si me paso, supongo que me sabréis perdonar. ¿Cómo era? Mi reino por una cerveza. Chaval, estás flipado. Me cago en la puta, ya os he dicho que soy un caballero o al menos eso pretendo y además, ahora, con la educación de un vampiro. No sé vivir de otra manera y aunque la travesía por el desierto se ha hecho larga yo sigo buscando un oasis en el que echarme una siesta, una brisa, y como en mi cuarto no hay muy buenas vistas ni ventilación salgo a la ventana del salón... Qué casualidad que esté orientada en tu dirección. ¿Es de día o de noche? No lo sé, supongo que las gafas de sol no me dejan ver. Yo sigo mi camino y si hay un guiño, sigo mi camino sonriendo. Será que mientras miro por la ventana levanto el segundo vaso de pulso templado mientras me pongo a imaginar otra realidad y aunque tenga carné, hay señales de tráfico que no sé comprender. Supongo que podría terminar diciendo que para juzgar están los jueces y ya murió Jesús por nuestros pecados así que no hay a quien culpar. Solo nos queda la brisa si vuelve a soplar. ¿Alguien que se invite a una birra?

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