lunes, 7 de junio de 2010

Con mi padre siempre tenía las mismas discusiones y es que desde siempre solo he atendido a razones. Ni los porque sí, ni los mandatos, solo razones. Y mis principios son los que son y por mucho que diga que tengo otros (a lo Groucho Marx) es una mentira con un tanto de piedad. Que siempre hay dos o tres que no puedo quebrantar. Ejemplo: Angel nunca deja a medias los temas de estado ni los estadios del alma. Alguna al escuchar esto dirá: Yeah!
Ayer escuché una canción que hablaba de tirar el whisky a la pared pero como soy gilipollas yo prefiero tirarlo hoy al suelo con el cable del ordenador. Y sé que no lo voy a recoger y que mañana cuando me levante me cortaré con los cristales. Pero qué le voy a hacer si siempre he preferido empezar el día como si nada hubiera pasado y aunque eso no me lo creo ni yo, algo no ha cambiado y algo sí... ¿Para mejor no? Supongo que hay que aprender la lección. Pero eso es algo que todos debemos aplicarnos, no solo loa que mañana nos cortaremos con los cristales del suelo.

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