sábado, 12 de junio de 2010
Hoy solo palabras inconexas, habrá que echarle la culpa a la resaca.
Hoy ha salido el sol y aún no sé como me sienta. Lo importante es no perder el ritmo. Un, dos, tres. Un, dos, tres. Yo solo quería un kit-kat y como la vida está muy cara mejor dame pan y llámame tonto. Al fin y al cabo, con las nuevas tecnologías el trabajo de cartero está en peligro de extinción y no se puede matar al lenguaje binario ni al impulso eléctrico que corre más rápido que mis dedos. Supongo que para no morir sepultado por un uno o un cero lo mejor es alejarse de los controladores aéreos. Las prohibiciones, inhibiciones y sentencias es mejor dejárselas al supremo. Hay canciones que solo con cambiarles el tono dejan de ser la misma canción así que cuida tu garganta. En el cine de hoy en día hasta el malo puede ser el protagonista y la peli puede acabar antes de que se sepa si ha ganado o no. El ganado al establo y yo a mirar los retablos de ropa sucia de mi habitación. He conseguido amaestrar a los grillos y ahora pueden ofrecer un concierto en el que por fin yo puedo ser el director. Se admiten peticiones.
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